El mundo actual, globalizado, competitivo y tecnificado nos lleva a ser eficaces en las labores cotidianas. Así, circunstancias como un examen final en el colegio o la U, un informe de trabajo ante la junta directiva de la empresa o las presiones económicas; pueden minar, poco a poco, nuestra tranquilidad y salud.
A las sensaciones de preocupación, angustia y ansiedad se le conoce con el nombre de estress. La respuesta positiva posible ante su aparición depende, en gran medida, de un adecuado estado nutricional.
La relación entre estress y nutrición se da básicamente porque ambos factores interfieren en las funciones neuro-endocrinas, en el metabolismo energético y en la función del sistema imnune.
El estrés provoca tres diferentes reacciones en nuestro cuerpo. La primera reacción ante un estímulo estresante es la “ALARMA” etapa donde la preocupación y angustia que sentimos genera la liberación de hormonas como la adrenalina, la cual estimula cambios metabólicos. Esos cambios en el metabolismo conllevan a alteraciones de los niveles de nutrientes, como por ejemplo; se disminuye la reserva de proteína corporal, aumenta el azúcar en la sangre, se retiene el sodio y baja el nivel de calcio y magnesio, entre otras.
Estos altibajos nutricionales se reflejan en síntomas como: aumento de la presión arterial, taquicardia, falta de respiración, mareos, dolores de cabeza, colitis, gastritis, dolor de estómago, diarrea e hiperglicemia. Esta última puede favorecer el aumento de peso y con él se afecta la salud.
La segunda etapa como respuesta a una situación estresante se llama FASE DE RESISTENCIA, donde nuestro organismo trata de normalizar los niveles de nutrientes, utilizando las sustancias provenientes de la dieta, en este punto, las vitaminas del complejo B, en especial la Riboflavina contribuye a que el cuerpo resista, por más tiempo, el estress.
Si los alimentos que comemos son inadecuados y no satisfacen los requerimientos nutricionales diarios, el cuerpo utilizará las reservas de estos hasta “agotar existencias”. Lo problemático de situaciones frecuentes que induzcan ansiedad y estress es que se puede dar la FASE DE RESISTENCIA, ya en forma crónica y esto aunado a una alimentación inadecuada va a producir AGOTAMIENTO, tercera reacción al estress; donde a los nutrientes no los suple la dieta ni las reservas corporales y es cuando el sistema inmunológico se deprime, al igual que nuestro ánimo y podemos ser susceptibles ante diversas enfermedades.
Una de las estrategias para combatir las consecuencias del estress en nuestras vidas, es mediante una alimentación adecuada. La dieta “antiestress” no es muy distinta a la que podemos seguir para luchar contra otros males de salud. Sin embargo, existen ciertos alimentos que, por su composición nutricional, contribuyen a fortalecer el sistema inmunológico y a tranquilizarnos. Alimentos apropiados son los productos integrales, el agua, los tés aromáticos de hierbas, los granos, las frutas, los vegetales, los alimentos de origen animal pero en porciones pequeñas, desgrasadas y preparados en forma sana. También este tipo de alimentación debe ser reducida en café, té, sal, grasas, condimentos y salsas artificiales. Conviene evitar alimentos procesados de paquete y azúcares; debido a que ciertos aditivos como los preservantes, colorantes y saborizantes artificiales contribuyen con la alteración del sistema nervioso y digestivo, y agravarían los síntomas físicos ante las emociones diarias.
Un ejemplo de menú para un día de estress puede ser el siguiente:
DESAYUNO
Jugo vitamínico (mezla de jugos de naranja, zanahoria, pepino y apio)
2 rebanadas de pan integral con queso blanco bajo en grasa.
1 fruta
MERIENDA FRUTA ó Yogurt bajo en grasa
ALMUERZO
Arroz integral con verduritas
Lentejas
Filet de pescado a la plancha
Ensalada verde
Fresco natural de fruta con poca azúcar.
MERIENDA
Té de menta con manzanilla con poca azúcar
1 paquete de galletas de soda
CENA
Sopas o cremas de vegetales
Pan pita o integral
Fruta
Noche Té de tilo, ó infusión de hojas de lechuga ó ½ vaso de leche descremada caliente.
Finalmente, recuerde masticar bien los alimentos, tomar agua pura, de preferencia entre comidas y procurar no saltarse los horarios para comer.
Buena suerte en su lucha contra el estress... Y en cuanto al plan de alimentación debe ser diseñado por un profesional que valore, supervise y controle los aspectos psicológicos, nutricionales, laborales, sociales, económicos y de salud.
Además del peso, la talla y la edad se analiza el estado fisiológico de la persona, el grado de actividad física y las preferencias y gustos alimentarios.
Especialista en Nutrición
HCB
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