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No, no es cierto que los termometros infrarrojos de toma de temperatura en humanos sean peligrosos.

En los últimos días se han hecho virales unos mensajes que alertan del uso de termómetros láser


Rayos infrarrojos, no láser


César Villa, miembro de la Junta de Gobierno del  Colegio de Ópticos y Optometristas (CNOO) de España, ha calificado dichos mensajes de “alarma innecesaria” y explica que este tipo de termómetros no utilizan un rayo láser para medir la temperatura, sino rayos infrarrojos que detectan la temperatura del cuerpo, por lo que “no tiene repercusión para la retina”. La mayoría de estos termómetros, nos dice, no tienen láser incorporado, especialmente los que son utilizado cerca de la frente. Los que lo tienen utilizan un rayo láser para dirigir la toma de temperatura, pero en estos casos se trata de clase I o clase II, lo que no supone ningún riesgo ya que su potencia es muy pequeña y en el caso de los de clase II deberían estar más de 10 segundos apuntando al ojo para causar daños, tal y como nos explica César Villa.

Por su parte Paloma Martínez de Carneros, oftalmóloga en la clínica Martínez de Carneros afirma que sería “necesario un tiempo prolongado de exposición


y un nivel de concentración alto para poder llegar a dañar el ojo, niveles que aparentemente no son capaces de alcanzar estos termómetros”.

Conchi Lillo, profesora de la Universidad de Salamanca y Neurobióloga, nos indica también que el láser debería ser “muy intenso, y no lo es, y estar expuesto durante mucho tiempo, que tampoco”.

Láser de clase III Existen otro tipo de termómetros que llevan incorporados un láser de Clase III, que sí suponen un riesgo para la vista, pero están destinados a uso industrial para, por ejemplo, medir la temperatura en sitios escondidos o recovecos, pero no son aptos para la toma de temperatura en seres humanos. Su uso en ese caso, nos indica César Villa, sería una negligencia. Puestos en contacto con el Ministerio de Sanidad nos ha indicado que esos termómetros “son equipos que utilizan tecnología por radiación infrarroja para la detección no invasiva de la temperatura humana febril. Estos termómetros tienen la consideración de productos sanitarios y, por lo tanto, para su comercialización en España tienen que estar provistos del marcado CE, distintivo que declara que el producto cumple con los requisitos de seguridad, eficacia y calidad establecidos en la legislación de productos sanitarios y que debe figurar en el etiquetado y el prospecto del producto.

VERIFICA RTVE concluye que los termómetros de infrarrojos destinados a la toma de temperatura de seres humanos destinados con tal fin no suponen un riesgo para nuestros ojos, siempre que se utilicen adecuadamente.

Además, nos remiten a la norma de referencia para este tipo de productos es la UNE EN ISO EN 80601-2-59:2009 “Equipos electromédicos. Requisitos particulares para la seguridad básica y funcionamiento esencial de los termógrafos de exploración para la detección de la temperatura humana febril.”


Por su parte la FDA, agencia federal que regula los medicamentos en Estados Unidos, indica en su web que la utilización de este tipo de termómetros reduce “el riesgo de contaminación cruzada y minimizar la propagación de enfermedades”, afirmando que son fáciles de utilizar, limpiar y desinfectar. En ningún caso, no mencionan el riesgo de un posible daño ocular.

 

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