El análisis de sangre del ancho de distribución eritrocitario (ADE) mide la cantidad de variación de volumen y tamaño de los glóbulos rojos. El ADE no se utiliza como un parámetro aislado al interpretar un hemograma (CBC); en cambio, proporciona matices de significado en el contexto de la hemoglobina (Hgb) y el valor corpuscular medio (VCM).
Imagen: Eritrocitos humanos que muestran una variación en el ancho de distribución de los glóbulos rojos (ADE), conocida como anisocitosis; niveles más altos pueden predecir la mortalidad en pacientes con COVID-19 (Fotografía cortesía del Dr. Graham Beards)
La creciente evidencia científica ha demostrado que las anomalías en las pruebas de laboratorio de rutina, particularmente las pruebas hematológicas, tienen el potencial de indicar, de una manera rápida, práctica y económica, la necesidad de pruebas de laboratorio específicas para el diagnóstico de la infección por SARS-CoV-2, además de ayudar en el pronóstico de la enfermedad y en la optimización de su seguimiento clínico. Científicos médicos de varias instituciones, incluido el Instituto Baim de Investigación Clínica (Boston, MA, EUA), realizaron una búsqueda exhaustiva de la literatura desde el inicio hasta septiembre de 2020 para recopilar estudios originales que informaron sobre los valores de la ADE en la admisión y los resultados clínicos entre pacientes hospitalizados con COVID-19. El criterio de valoración del estudio fueron los resultados clínicos adversos, definidos como la combinación de mortalidad o COVID-19 grave. En el metanálisis se incluyó un total de 14.866 pacientes de 10 estudios. La edad media osciló entre 38 y 77 años, mientras que la proporción de varones osciló entre 42,4% y 69,2%. Los investigadores informaron que el metanálisis encontró que niveles más altos de ADE se asociaron con resultados adversos en pacientes con COVID-19 (diferencias de medias, 0,72; intervalo de confianza [IC] del 95%, 0,47-0,97; I2, 89,51%). Además, los resultados del análisis de subgrupos mostraron que los pacientes fallecidos tenían niveles más altos de ADE en comparación con los pacientes sobrevivientes (diferencias de medias, 0,93; IC del 95%, 0,63-1,23; I2, 85,58%). De manera similar, los pacientes con COVID-19 gravemente enfermos tenían niveles más altos de ADE, a diferencia de los pacientes clasificados con síntomas más leves (diferencias de medias, 0,61; IC del 95%, 0,28-0,94; I2, 82,18%). Jane J Lee, PhD, la primera autora del estudio, dijo: “La evidencia emergente ha subrayado la utilidad potencial de la medición del ADE para predecir la mortalidad y la gravedad de la COVID-19. Dado que el ADE está ampliamente disponible y se incluye como un parámetro de rutina del hemograma completo, esta simple prueba de laboratorio puede ser particularmente útil en el contexto de la pandemia de COVID-19, donde es fundamental identificar a los pacientes de alto riesgo y facilitar una intervención oportuna con recursos limitados”. Los autores señalaron que la fisiopatología exacta detrás de la asociación entre el aumento del ADE y los resultados adversos aún no se ha dilucidado. Numerosos informes han sugerido que la infección por COVID-19 se asoció con un aumento en la liberación y producción de glóbulos blancos y plaquetas de la médula ósea. La estimulación de la médula ósea también puede afectar la cinética de los glóbulos rojos (RBC), lo que resulta en un rango más amplio de tamaño de los RBC y, posteriormente, niveles elevados de ADE. El estudio fue publicado el 15 de enero de 2021 en la revista Journal of Medical Virology.
Por el equipo editorial de LabMedica en español
Actualizado el 03 Feb 2021
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Instituto Baim de Investigación Clínica
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