Un nuevo hallazgo relaciona la distancia que hay entre el ano y los genitales con la fertilidad masculina y considera que a menor distancia menos son las posibilidades de poder procrear. Descubre más detalles sobre este descubrimiento y otras posibles causas de infertilidad en el hombre.
Si una pareja trata de concebir un bebé durante un tiempo pero no puede lograrlo, es posible que haya algún problema de fertilidad. Esto no es algo que le pasa sólo a las mujeres. Muchas veces son los hombres quienes por algún problema físico no pueden dejar embarazada a su compañera. Al respecto, un estudio reciente encontró que la distancia entre el ano y los genitales (AGD, por su siglas en inglés) podría influir en la fertilidad masculina.
El estudio fue desarrollado por unos investigadores de la universidad del Rochester Medical Center, en Nueva York en Estados Unidos, según el cual la distancia entre el ano y el escroto (que es piel que recubre los testículos) se relaciona con el volumen del semen y la cantidad de esperma. Al parecer, entre menor es la distancia, más posibilidades hay de que la cantidad de esperma producidos sea baja.
O sea, según el informe, los hombres que tienen una distancia entre el ano y los genitales (AGD) menor a la longitud promedio (de alrededor de 2 pulgadas o 52 milímetros) tienen 7 veces más posibilidades de ser “sub-fértiles” (tener una fertilidad menor) que quienes sobrepasan esa medida. Se considera que un hombre es sub-fértil cuando produce menos de 20 millones de espermatozoides por mililitro ya que, en este caso, las posibilidades de concebir se reducen a la mitad -según investigaciones anteriores-, con respecto a quienes tiene una producción normal de esperma (de 20 a 150 millones por mililitro).
Este hallazgo es el primero de este tipo y brinda un nuevo aporte para estudiar casos de infertilidad masculina. Este problema puede producirse por varios motivos, entre ellos:
Trastornos con los espermatozoides: pueden no estar bien desarrollados, tener una forma anormal o pueden no moverse bien. También, puede ocurrir que los espermatozoides sean normales pero que la cantidad no se produzcan suficientes (oligospermia) o que directamente no se produzca (azoospermia).
Varicocele: se produce cuando hay venas dilatadas en el escroto, que inhiben el desarrollo de los espermatozoides porque evitan que haya un flujo adecuado de sangre. Se detecta fácilmente durante un examen físico y es la causa más común infertilidad masculina que se puede corregir.
Eyaculación retrógrada: ocurre por una falla de los nervios y los músculos del cuello de la vejiga o de los músculos responsables de la apertura en la uretra, estos no se cierran durante el orgasmo, lo que hace que el semen retroceda hasta la vejiga en vez de salir por el pene. A veces se puede reconocer porque el hombre tiene la orina turbia luego de la eyaculación y la eyaculación es más pequeña o es una eyaculación conocida como “seca” cuando se tiene el orgasmo.
Tener algún bloqueo que impida la salida de los espermas. Puede deberse a una variedad de factores como infecciones repetidas, cirugía, inflamación u otros problemas de desarrollo.
Tener alguna enfermedad, lesión o problema crónico de salud.
Tener infertilidad inmunológica. Causada por el sistema de defensas del hombre contra sus propios espermatozoides.
Medicamentos (como algunos de los que se utilizan para tratar artritis, depresión, problemas digestivos, infecciones, hipertensión y cáncer), que pueden afectar la producción y la función de los espermas, así como la eyaculación.
Otros factores relacionados con el estilo de vida, como fumar cigarrillos, el uso de esteroides, el abuso del alcohol y/o drogas ilegales, la edad, el estrés, el peso y la deficiencia de vitaminas.
Muchas veces, estos problemas pueden no dar síntomas. Otras veces puedes notar algunos signos de alerta, como: problemas sexuales (dificultad para alcanzar el orgasmo o mantener la erección), dolor, inflamación (hinchazón) o bultos en los testículos y otras cosas que pueden parecer no tener relación, como menos vello en la cara y el cuerpo u otros signos de anormalidades relacionadas con las hormonas.
Por todo esto, no te avergüences. Debes consultar con tu médico o con un especialista. Si después de un año de intentar concebir con tu pareja no lo logran, busquen ayuda profesional para que se determine la causa de la infertilidad y que se encuentre el tratamiento adecuado. Actualmente existen varias opciones con resultados exitosos para lograr el embarazo.
Vida y Salud Media Group
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