¿Por qué hacer el análisis? Para determinar si los riñones funcionan normalmente y para monitorizar el tratamiento de la enfermedad renal.
¿Cuándo hacer el análisis?
Rutinariamente, en el contexto de controles médicos habituales; cuando el médico sospecha que puede existir una disfunción renal o ante enfermedades agudas o crónicas que podrían empeorar por una disfunción renal o que podrían afectar a los riñones; regularmente, para monitorizar el tratamiento de la enfermedad renal o para controlar la función renal cuando se toman ciertos medicamentos.
¿Qué muestra se requiere? La determinación se realiza a partir de una muestra de sangre venosa y/o una muestra de orina de 24 horas.
¿Es necesario algún tipo de preparación previa? Para esta prueba no se necesita ninguna preparación especial. ¿Qué es lo que se analiza? Esta prueba mide la cantidad de creatinina presente en sangre y/u orina. La creatinina es un producto de desecho producido en los músculos a partir de la degradación de un compuesto conocido como creatina. La creatina forma parte de un ciclo en el que se produce la energía necesaria para contraer los músculos. Tanto la creatina como la creatinina se producen en el organismo a una tasa relativamente constante. Prácticamente toda la creatinina se excreta por los riñones, de manera que los niveles sanguíneos de creatinina constituyen una buena medida del funcionalismo renal. La cantidad de creatinina producida depende del tamaño de la persona y de su masa muscular. Por este motivo, las concentraciones de creatinina son ligeramente superiores en hombres que en mujeres y niños.
Los resultados de la prueba de creatinina en sangre y los de la orina se utilizan para calcular el aclaramiento de creatinina.
¿Cómo se obtiene la muestra para el análisis? La muestra se obtiene por punción de una vena del antebrazo; además, es posible que se indique de recoger la orina durante 24 horas. El médico o el laboratorio proporcionan un contenedor adecuado y unas instrucciones para asegurar que la recogida de orina sea correcta. Generalmente, se debe empezar a recoger la orina por la mañana al levantarse y después de haber realizado la primera micción, descartándola (vaciar la vejiga urinaria); a partir de ese momento, se debe ir guardando toda la orina producida hasta la misma hora del día siguiente.
¿Cuándo se solicita?
La creatinina puede solicitarse rutinariamente en un control médico habitual. También puede solicitarse cuando existen molestias inespecíficas, o ante situaciones agudas, y/o cuando el médico sospecha que los riñones no funcionan adecuadamente. Algunos de los signos y síntomas de una disfunción renal incluyen:
Fatiga, dificultad para concentrarse, poco apetito, trastornos del sueño
Hinchazón o inflamación, particularmente alrededor de los ojos o en la cara, muñecas, abdomen, muslos o tobillos
Orina con espuma, con sangre, o de color café
Disminución de la cantidad de orina emitida
Problemas al orinar, como quemazón o presencia de secreciones anómalas, o alteraciones del ritmo y frecuencia con la que se orina, especialmente de noche
Dolor lumbar, en la parte posterior y media de la espalda, en el flanco, por debajo de las costillas, cerca de la zona donde se localizan los riñones
Hipertensión
La creatinina en sangre puede solicitarse regularmente junto con la urea en sangre y la albúmina en orina cuando existe una alteración renal conocida o una enfermedad que puede afectar a la función renal o puede estar exacerbada por dicha disfunción. Urea y creatinina pueden solicitarse previamente a la realización de una tomografía computarizada (TAC), previamente a y durante algunos tipos de tratamiento, y también antes y después de una diálisis para monitorizar la eficacia del tratamiento.
¿Cómo se utiliza?
La creatinina en sangre suele utilizarse simultáneamente a la urea para verificar el estado de la función renal. Ambas pruebas se solicitan a menudo formando parte de perfiles metabólicos básicos. Un perfil o panel consiste en un grupo de pruebas realizadas para evaluar la función de los principales órganos del organismo. Estos perfiles se solicitan tanto a individuos sanos en el curso de exámenes físicos rutinarios como a personas enfermas que acuden a urgencias o están ingresadas en el hospital. Si la creatinina y la urea están alteradas, o si el individuo padece alguna enfermedad de base que puede afectar al riñón, como la diabetes, entonces estas pruebas se utilizan para monitorizar la progresión de la disfunción renal y la eficacia de su tratamiento. La creatinina y la urea en sangre pueden también solicitarse para evaluar el estado de la función renal previamente a la realización de algunas pruebas, como una tomografía computarizada (TAC), que podrían requerir del uso de fármacos potencialmente lesivos para el riñón.
Puede utilizarse la combinación de los niveles de creatinina en sangre y orina para calcular un aclaramiento de creatinina. Este cálculo mide con qué eficacia el riñón está filtrando moléculas pequeñas de la sangre como la creatinina.
La creatinina en orina también puede utilizarse como un factor de corrección de la concentración o dilución de la orina, en la determinación de otras pruebas en orina. Debido a que la creatinina se produce y elimina a una tasa relativamente constante, la cantidad de creatinina en orina puede compararse con la cantidad de las otras sustancias que se miden. Algunos ejemplos de estas relaciones son la medida de creatinina en orina con proteínas en orina para calcular el cociente proteína/creatinina, y con albúmina para el cociente albúmina/creatinina en orina; ambos cocientes se utilizan en la evaluación de la función renal y en la detección de otros trastornos del sistema renal.
El cociente albúmina/creatinina en orina es útil para conocer cuanta albúmina se pierde por los riñones. Las personas que pierden albúmina por la orina de manera persistente presentan mayor riesgo de desarrollar una enfermedad renal progresiva y enfermedad cardiovascular.
Las concentraciones de creatinina en suero (junto con la edad, peso y sexo) se utilizan también para calcular la tasa de filtrado glomerular, prueba a su vez utilizada como prueba de cribado para detectar daño renal.
¿Qué significa el resultado?
Concentraciones aumentadas de creatinina en sangre sugieren situaciones o enfermedades que afectan la función renal. Entre ellas se incluyen:
Lesión o inflamación de los vasos sanguíneos del riñón (glomerulonefritis) debida, por ejemplo, a infecciones o enfermedades autoinmunes
Infección bacteriana del riñón (pielonefritis)
Muerte de las células de los túbulos renales (necrosis tubular aguda) causada, por ejemplo, por fármacos o sustancias tóxicas
Enfermedades prostáticas, cálculos (piedras) renales, u otras causas de obstrucción del tracto urinario
Disminución del flujo sanguíneo renal debido a un shock, a una deshidratación, a insuficiencia cardíaca congestiva, aterosclerosis, o complicaciones de una diabetes
La creatinina en sangre puede aumentar temporalmente a consecuencia de una lesión muscular, y disminuir ligeramente durante el embarazo. Niveles bajos de creatinina no son frecuentes y no suelen constituir un motivo de preocupación. Pueden observarse en situaciones que conllevan una disminución de la masa muscular. Cuando se calcula el aclaramiento de creatinina se miden la creatinina en sangre y en orina de 24 horas. La creatinina en orina se utiliza a menudo para expresar la excreción de otras sustancias por la orina, refiriéndolas a la concentración de creatinina en la misma muestra, como por ejemplo los cocientes albúmina/creatinina en orina y proteína/creatinina en orina.
Tomado de Labtest online
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