Hace muy poco escribíamos que la obesidad estaba relacionada con el desarrollo de diversas formas de cáncer, aunque el por qué ocurre esto, no se sabe exactamente. ¿Qué le está pasando al ejército interior de estas personas para que se vuelvan más "amables" frente a las células rebeldes?
Cuando una batalla termina, todos los guerreros deben abandonar el campo de batalla para dar lugar al proceso de recuperación. En el caso de los soldados T, esto se consigue enviándoles una señales de "cansancio" o "agotamiento" a través de una molécula conocida como PD-1, que igual ya os suena de otras entradas en esta página. Cuando un guerrero T recibe esta órden, para lo que estuviera haciendo y: "¡Hasta luego, Lucas!". Como se pueden imaginar, hay que regular muy bien la cantidad de señales de "cansancio" que se envían para que, por un lado, se pueda eliminar la agresión enemiga y, por otro, no se haga un daño excesivo al resto de células obreras de los tejidos circundantes. Un grupo de investigadores en Estados Unidos quisieron comprobar si esta señal de "cansancio" aparecía en exceso en los soldados T de diversos modelos animales obesos, como los ratones o los macacos, así como en humanos con un índice de masa corporal mayor a 30. ¿Se pueden imaginar lo que obtuvieron? Pues, en efecto, los guerreros T de los sujetos obesos tenían una mayor predisposición a recibir señales de "cansancio" que sus colegas en sujetos no obesos. Puede sonar extraño, pero un mecanismo por el que las células cancerígenas rebeldes logran engañar a nuestro ejército interior es precisamente mediante el envío de estas señales. Por lo tanto, cuanto más proclive sea un guerrero a recibirla, más agusto se sentirá una rebelde. Lo más interesante de este estudio, publicado en Nature, sin embargo, es que precisamente por tener más predisposición a "cansarse", cuando se aplican inmunoterapias que bloquean estas señales, los soldados T de los sujetos obesos logran controlar de forma mucho más eficiente a las células rebeldes, algo que, dicho sea de paso, los clínicos han venido observando en los últimos años. Por lo tanto, por un lado la obesidad contribuiría a la aparición de ciertas formas de cáncer, igual por un defecto generalizado de los guerreros pero, por otro, justo esta desventaja estaría sirviendo para que un tipo de tratamiento de inmunoterapia les beneficiera. ¡Buen miércoles!
Fuente: Asociación española de inmunoterapia. ➡️ Artículo original (en inglés, de pago): https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/30420753 📸 ¿Que veo en la foto? Adipocitos (en rosa), las células que acumulan grasa, rodeados de algunos guerreros de nuestro ejército interior (en naranja). Aunque podamos odiarlos, los adipocitos acumulan energía para momentos en los que se necesite, por lo que, en teoría, ¡están realizando una tarea muy útil para ciertos casos! Fuente de foto: FineArtAmerica
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